posts

Madre primeriza: ¿qué me pongo?

6 meses 
Recuerdo que cuando me enteré que estaba embarazada, en junio de este año, entre todas las cuestiones que se me vinieron a la cabeza en forma de preocupación, el tema de qué ropa usaría no estaba entre ellas. Hacía frío, mi panza era nula y contaba con muchas prendas holgadas. Claro, es fácil pensarte embarazada en los primeros meses porque el espejo no devuelve una imagen muy distinta a la que teníamos antes de enterarnos. ¿Qué podría cambiar tanto como para que tenga que comprar ropa nueva?

Conforme van pasando los meses, esa pancita divertida que convivía bien con algún rollo preexistente empieza a crecer y no sólo ella lo hace sino también nuestros pechos. Las camisas relajadas y los sweaters un talle más se van quedando en el camino y el cuerpo necesita que salgamos de compras. Confieso que estaba negada porque también un poco me negaba a dejar de "ser yo" y la idea de tener que modificar mi estilo en pos del embarazo no me parecía de lo más atractiva. 

Lo primero que compré fueron unas calzas que me parecieron perfectas para estar en casa en plena pandemia viendo cómo la panza sumaba volumen. Luego caí en la tentación de seguir comprando, un poco por necesidad y otro poco porque, en este plan de seguir siendo la Aninka de siempre, no quería caer en los looks demasiado caseros (alguna vez les conté que soy enemiga de la joggineta).

Así fue como sumé jeans (difícil pegarle al talle online y con panza en crecimiento), remeras, sweaters y musculosas. A pesar de que en el día a día gusto de no repetir prendas y armar combinaciones nuevas, en un contexto de encierro y poca actividad en el exterior con 5 o 6 prendas podemos hacer malabares cada semana. 

Esta es de ayer, en stories de Instagram y con una panza de 34 semanas

Para las que están embarazadas -o planean estarlo pronto- les comparto algunos consejos en base a mi propia experiencia:

  1. Comprar sí o sí: un jean y una calza. El jean es apto para salidas y las calzas para estar en casa.
  2. Respecto de los talles, los mismos varían según el modelo de pantalón lo cual es un garrón porque, por ejemplo, un jean recto te puede quedar perfecto pero el mismo talle en un pantalón de gabardina puede quedar chico. Pensando que era la tela el problema, elegí un talle más en el segundo pantalón que me compré de gabardina... y me quedó horrible (grande y bolsudo). 
  3. Las marcas donde compré pantalones y calzas son Venga Madre y Maa Maternity pero al parecer en varias marcas todos los jeans en realidad son de Venga Madre (lo que varía es si hay más o menos talles). 
  4. Para las prendas superiores el asunto es un poco más simple porque además de las marcas para embarazadas podemos jugar con otras marcas al elegir talles una o dos veces más grandes de los que solemos usar (y de última cuando volvamos a nuestro estado anterior podemos seguir usando esa ropa en combinación con algo ajustado). Pero estas remeras y estas musculosas han sido mi mejor inversión hasta ahora.
  5. También compré en Portsaid, Mishka y Zara. Pasé del M/L al XL y encontré mucha más variedad de estampas, formas y colores respecto de la oferta que tienen las marcas para embarazadas (que se mueven entre una o dos estampas y colores neutros como el crudo, el negro y el gris).
  6. Cuando empezó el calor sumé las camisas que ya tenía pero abiertas y con una musculosa abajo.
  7. Vestidos todavía no usé pero es más por una cuestión de vanidad: hace mil años que voy a la cama solar y este es el primer año que no voy. Tengo la piel más pálida que nunca y, por ahora, me niego a que otros la vean (ya sé, a nadie le importa pero cada una lucha con sus propios prejuicios). Para las que no tienen este problema, les recomiendo que busquen vestidos que sean amables con el escote porque el pecho crece y tira y muchas veces no prestamos atención a eso.
  8. Respecto de la ropa interior, a partir del sexto mes sentí la necesidad de usar algodón. Gusto mucho más del encaje pero el cuerpo me pidió un material amable con la piel así que compré vedetinas básicas por Mercado Libre, bombachas en Deville y conjuntos en Selú
  9. Finalmente, el calzado. Van a notar que los pies piden comodidad ya que el cansancio aumenta y necesitamos sostener todo el cuerpo de la mejor manera posible. En invierno usé botas y zapatillas (me compré unas de Puro para ponerle un poco de onda a los looks cotidianos) y ahora en verano sólo uso sandalias chatas y abiertas.

Espero que estos tips les den una mano a la hora de elegir qué comprar y dónde hacerlo. Ahora que estoy a casi un mes del parto prefiero no comprar nada más porque no tiene sentido: esta panza XL tiene los días contados... ¡no saben las ganas que tengo de volver a mi ropa pre-embarazo! Sé que el cuerpo se va a tomar su tiempo para acomodarse así que sólo hay que tener paciencia y dejar que la naturaleza haga su trabajo.

Por esta semana me despido y les deseo un gran comienzo de 2021. Ojalá este año que se va se lleve todo lo negativo que tuvo y los próximos días nos encuentren con energía renovada y ganas de estar mejor. ¡Felicidades para todas!

Back to basics

COS

Si hay algo claro que marcó la pandemia de Coronavirus (entre varias cosas, por supuesto) fue la obligación que tuvimos de empezar a mirar hacia dentro. Nos encontramos con rutinas cotidianas de 24 horas en casa y todos esos detalles que solíamos dejar pasar cuando volvíamos luego de estar 10 horas afuera (el tacho de basura deteriorado, las pantuflas viejas, la necesidad de reemplazar la sartén, etc.) empezaron a sonar fuerte en nuestra cabeza. Así fue como comenzamos a hacer pequeñas modificaciones en el espacio y, en algunos casos, también nos embarcamos en varias reformas. Este "mirar hacia dentro" no sólo hizo foco en nuestro hogar sino en nuestro interior. Nos vimos compelidas a pensar cosas que teníamos postergadas, a replantearnos aspectos de nuestra vida vinculados al trabajo, a los estudios o a las relaciones; y en definitiva, tuvimos la ardua tarea de estar con nosotras mismas, todo el tiempo, todos los días. 

Además de los cambios hogareños y los razonamientos varios, nuestro guardarropas fue víctima de la mirada incisiva. ¿Por qué tengo tantas bombachas apretadas y ninguna relativamente cómoda?, ¿cómo puede ser que todos los jeans sean chupín y no cuente con uno recto, más suelto y flojo?, ¿es necesario que todas mis remeras tengan estampas y no tenga alguna perdida de un sólo color?, ¿realmente uso todos estos zapatos con taco? Preguntas como estas hay por miles pero todas vuelven a un mismo factor común: la comodidad. Y ese poder sentirnos cómodas también buscó la simpleza de los colores neutros, la suavidad del algodón, la liviandad del lino y la practicidad de las zapatillas.

Con el correr de las semanas (y luego los meses), las marcas rápidamente comenzaron a aprovechar la frase "quedate en casa" para virar toda su comunicación a un estilo de vida puertas adentro. Lookbooks en livings, influencers en su cotidianeidad luciendo prendas sueltas y relajadas, micro colecciones con el morley y el algodón como estrellas, variedad de pijamas, pantuflas y zapatillas a disposición. Hay que reconocerles que se movieron rápido (quizás no pasó los mismo con la logística de los envíos) y que nosotras caímos -también rápido- en la "necesidad" de renovar todo nuestro placard.

Durante este largo período de encierro, Instagram fue y sigue siendo la herramienta más completa para conocer marcas nuevas. A favor de ellas, el estar impedidos de salir no hizo necesaria la instalación de un local así que sólo bastaba con tener las prendas, un servicio de correo y la chance de poder pagar con tarjeta o transferencia. Desde ese lugar quizás se pueda decir que la pandemia ayudó a algunos emprendedores en el crecimiento de su negocio pero, claro está, siempre y cuando respondieran a necesidades muy actuales y también muy volátiles (creo que desde abril hasta la fecha cambiamos nuestros gustos y hábitos de consumo más de una vez). 

Aprovechando el tiempo libre recopilé para ustedes una selección de marcas que ofrecen una visión de la moda desde la simpleza y la comodidad. Sean bienvenidas a compartir otras que acá no aparecen para ampliar el listado y contar con mayor variedad a la hora de elegir.

ABC Not Found

bäs

Bestia

BLUE SHEEP

FLUSS

Lena Martorello

Maria Pensel

Movius

REAL


Un punto en contra en algunas de estas marcas son los talles ya que suelen recurrir al talle único. Por más que muchas prendas se ven amplias, el comprar online tiene la dificultad de no poder probar y si las medidas no corresponden o, peor aún, no están disponibles, entonces mejor buscar otra cosa. Al margen de ello, van a ver que en cada una hay una buena variedad de productos y salvo un par, los precios son amables con la billetera.

La pregunta del millón es si este estilo tan despojado seguirá vigente cuando volvamos al trajín del día a día, ese que conocíamos hasta mediados de marzo de este año. Estamos tan acostumbradas a adornarnos, a caer en ropa incómoda con tal de lucir bien, a terminar la jornada con los pies apretados y el elástico del corpiño clavado en la espalda, que no sé si será otra moda pasajera o definitivamente podremos encontrar un equilibro con estilo entre lo cómodo y lo simple. ¿Ustedes qué piensan?

¡Felices Fiestas y nos leemos la semana que viene!

El traje masculino busca reinventarse


En este largo tiempo que llevo fuera de la vorágine blogger de las tendencias y lo que "está de moda", no sólo aprendí a relajarme más a la hora de vestir sino que he visto con gran admiración como el resto también lo hace. Este relajo no tiene nada que ver con adoptar el jogging como prenda preferida, nunca estaré más lejos de ello; se trata más bien de ver con buenos ojos el poder lúdico que expresa hoy la moda, escapándole a rigideces y probando nuevos textiles, colores, formatos y estampas.

La tan popular frase "democratización de la moda" que venimos escuchando hace años vinculada al auge y esplendor del fast fashion, actualmente también se puede adoptar a la experimentación de combinaciones y formas como una manera de ponernos lo que nos gusta y no tener que dar explicaciones por ello. En este territorio, las mujeres solemos ser las más privilegiadas ya que estamos comúnmente asociadas a la moda, al gusto por sumar tendencias (a veces todas juntas), a la prerrogativa de hacer uso de todos los colores que se nos ocurran y a la constante búsqueda de nuestro estilo a través de los años. Pero, ¿qué pasa con los hombres? Lo cierto es que no hace mucho tiempo que se han animado a salir de los colores tradicionales (beige, azul, blanco, celeste) así como a usar cortes de pantalones, por ejemplo, que no necesariamente son rectos. Esto tiene que ver con un proceso cultural que, entre otras cosas, se generó gracias a la aceptación de las minorías. Recuerdo que en mi adolescencia, si un hombre usaba rosa o un pantalón ajustado, se lo tildaba de "carolo" (muy moderno mi adjetivo, lo sé) y eso no sólo era dañino para el que quería ser irreverente con la moda sino, y principalmente, para aquel que gustaba de otros hombres y se sentía constantemente señalado y discriminado. ¿A quién le importa la orientación sexual del otro? Nada más rancio que tildar a alguien por algo que tiene que ver con su identidad y su privacidad.

Que esta estigmatización esté cada vez más extinguida le ha abierto una puerta grande a la moda masculina (desde ya que la importancia no radica en la moda pero este es el tema que nos compete) y ya nadie ve como extraño que se usen jeans de colores, ultra ajustados, camisas estampadas, combinaciones jugadas y ciertos detalles en las prendas que invitan a llamar la atención. Como ejemplo de esto último, estoy encantada con las innovaciones de Dior, Louis Vuitton y Haider Ackermann, entre otros, que han sabido incluir guiños innovadores en los clásicos looks masculinos. Si bien mi hombre ideal en materia de buen vestir siempre será el elegante Don Draper de la serie Mad Men, sería ridículo no estar atenta a esta nueva forma de presentar al hombre de traje en pleno siglo XXI. Conozco a varios que me van a decir que "eso que tiene puesto es cualquier cosa" (¡hola, Diego!) pero si nosotras tanto hemos jugado con la moda durante todo este tiempo, ¿no es hora de que ellos también lo hagan?

El #DiorModernTailoring en la piel de Robert Pattinson

Nicholas Hoult, también enfundado en Dior
Timothée Chalamet en Haider Ackermann (y ese dobladillo desprolijo con botas que causó revuelo)

De nuevo Timothée pero esta vez con arnés de Louis Vuitton diseñado por Virgil Abloh

Figuritas repetidas: Nicholas Hoult y Dior. Las zapatillas como eje de la dupla formal/informal no pueden faltar

¿Y ustedes qué opinan?, ¿se quedan con el caballero tradicional o gustan de estos trajes reformulados y accesorios llamativos? En casa convivo con alguien muy tradicional que al conocerme no salía del beige y hoy luce pantalones verdes, entre otras novedades. No me llevo el crédito por ello pero... 😉

Madre primeriza: una introducción

Claramente que esta vuelta al blog iba a estar teñida con algunos posteos sobre maternidad pero no porque quiero hacerme la "mami blogger" ni enfocar toda mi identidad hacia ello, sino porque hoy es una parte de mi vida bastante intensa en cuanto a lo emocional y a lo fáctico, y no podía no tener su apartado acá.

Ser madre primeriza es una aventura. Desde ya que lo es respecto de todo lo físico y los sentimientos que afloran pero en esta especie de sección lo que quiero resaltar es lo práctico. Porque, si como yo, no han sido muy afectos a toda la info de bebés y niños y tampoco han pasado gran parte de su vida acompañada por pequeños, este período se resume en una inmensa incógnita: todo nos es desconocido.

"¿Ya te hiciste la TN?"
"Es importante que compres un nidito y también babitas"
"¿De cuántas semanas estás?"
"Tenés que hacerte un scan fetal"
"Es mejor un huevito con Isofix"

Estas y mil frases más he leído y escuchado a lo largo de 7 meses y hoy casi que las entiendo todas pero al principio era un desconocimiento absoluto. La TN, el huevito con Isofix, el scan fetal, las babitas... ¡¿de qué me están hablando?! Fuera de mi obstetra, todas las recomendaciones e indicaciones que recibí siempre fueron más que importantes pero de golpe me apareció un cuaderno mental lleno de cosas por hacer y por responder, cosas que jamás en la vida había escuchado y que me abrumaron.

El obstetra es otra historia. Generalmente, no busco médicos que me mimen o me contengan: quiero que sea un profesional práctico y directo, como un trámite. Mis pedidos fueron ordenes y el ginecólogo que me tocó (y quien me operó en febrero de un pólipo intrauterino) es tal cual lo que buscaba pero al transformarse en mi obstetra, bueno, siguió siendo como antes. Así es como en cada visita me dice todo a mil por hora, da por sentado que entiendo de qué habla y nos despedimos. No pido que me acurruque pero estaría bueno que los médicos empaticen un poco y se pongan en el lugar de aquellos que no cazamos una sobre un tema, no? Ojo, no lo voy a cambiar: me operó y todo salió fantástico y la verdad que a esta altura no tiene sentido andar buscando otro; pero no por ello deja de llamarme la atención de que piensen que venimos con la información sabida desde vaya a saber cuándo.
Recuerdo que hace unos meses atrás tenía que hacerme un análisis de orina y el resultado salió contaminado. "¿No te higienizaste antes de guardar la orina en el recipiente?". ¡Nadie me avisó, flaco! Alguien me podrá decir que es una obviedad pero yo no lo sabía (y ya de por sí es una proeza embocarle al tachito ese).

En fin, con esta pequeña introducción sólo quiero echar luz sobre el pequeño detalle de que muchas madres primerizas no sabemos nada sobre dónde nos estamos metiendo: sólo entendemos que hay vida dentro nuestro y eso nos hace inmensamente felices (y también nos expone a una vulnerabilidad nunca antes vista). Tengo muy claro cómo se hacen los bebés pero, una vez hecho, estoy parada en terreno desconocido. 

En próximos posteos planeo entrar en detalle sobre varias cuestiones que a las primerizas nos producen un caos mental: ¿qué coche elegir?, ¿cuál es la mejor cuna?, ¿cómo lo visto ni bien nazca?, los cientos de exámenes médicos que nos piden a cada rato (se agradece, eso sí), ¿qué llevo a la clínica?, ¿es esto una patada o un gas?, ¿qué son estos dolores que siento? y un gran etcétera. 

¿Alguien por acá con experiencias similares para compartir?

Vuelvo a repetir, este no es un blog de maternidad así que no se espanten que no me voy a llamar "Desde el Moisés" o algo similar. Pero sí me copa dejar plasmada esta etapa de mi vida en formato virtual y así poder leerme en unos años, ya con más experiencia y madurez. Dicho esto, la próxima semana hablaremos de moda así que las espero ;)

La vida en semanas

Hace 38 semanas que hago home office en mis dos trabajos. 

Llevo 30 semanas embarazada.

Estamos a 4 semanas de chocar copas (tanto por las Fiestas como por mi cumpleaños).

Falta (ojalá) una semana para que terminen su labor los pintores en casa.

2020 es un año que, en mi caso, decidió medirse en semanas y sí que me ha resultado raro pensar un calendario completo de esa forma ya que siempre estuve acostumbrada al día a día, a planificar cada jornada y a sentir que siempre faltaba mucho para tal o cual cosa que esperaba con ansias. Lo extraño de este año es que el calendario se volvió una especie de idea surrealista: cada día se parece al anterior y el tiempo pasa con una velocidad nunca antes vista.

En lo particular, el mundialmente olvidable 2020 a mí me ha traído uno de los mejores momentos de mi vida porque, si bien la idea de quedar embarazada estaba hace un tiempo, dentro de este escenario desconocido se hizo presente la llegada de nuestro bebé. Así que, y espero se me permita el comentario, a pesar de todo este año es maravilloso. 

Aprovechando el vendaval de rarezas que me/nos rodea, pensé: "¿y si vuelvo al blog?". Sé que es diciembre y que el timing no es el ideal para ponerme a escribir con periodicidad pero, ¿por qué no? Bien podría haberme puesto las pilas en abril, cuando estábamos todos adheridos a computadoras y celulares buscando las mil y un formas de entretenernos; pero no fue así y las ganas surgieron ahora.

Por desgracia no puedo asegurar continuidad: el paso de los años me regaló una virtud que a la vez es defecto y no gusto de armarme rutinas obligatorias. A pesar de eso, sepan que hoy tengo ganas de compartir con quién sea que esté dispuesto a leerme así que, por lo pronto, acá estaré con posteos de todo tipo. Este vestidor virtual ha pasado por muchos cambios pero siempre mantuvo su idea originaria. Ya sea en forma de compras y ropa (allá por 2010), de salidas y tragos o ahora, entre la maternidad, los 40 y pico y la mar en coche, mientras exista un ida y vuelta y aprovechemos este espacio para compartir, relajar y opinar, entonces el blog tendrá sus puertas abiertas.

Y hablando de feedback e intercambio de experiencias, ¿qué tiene o tuvo a favor 2020? Más allá de todo lo negativo que fue mucho, ¿hay algo que rescatan? Por acá termino estas palabras con 7 meses de un Porotito mágico dentro mío ♥