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Algunas pequeñas cosas sobre nosotras



Siempre disfruté de los cuestionarios. Cuando era adolescente hice uno con varias preguntas respecto de mi misma y lo fui respondiendo varias veces hasta que cumplí 18 años. Me gustaba re-leerme y ver qué pensaba o qué sentía sobre una pregunta en particular a lo largo de los años: creo que es una buena manera de analizarnos, conocer un poco más de nosotros mismos y ver si estamos en el rumbo que alguna vez soñamos. ¿Vieron que dicen que a los libros hay que leerlos varias veces y en determinados momentos de la vida? Con los cuestionarios pasa lo mismo: distintos enfoques, otras prioridades, un presente que va cambiando. Considero que escribir sobre aquello que sentimos es una excelente forma de abrirnos hacia nosotros mismos, algo que a veces cuesta porque estamos tan ensimismados en la rutina que nos olvidamos de conversar con nuestro interior.

El cuadernito que ilustra este post lo encontré en Londres, en una librería que invitaba a quedarse a vivir ahí. Como reza su tapa tiene 642 pequeñas preguntas que confiesan algo sobre nosotros mismos. Lo voy completando de a ratos y generalmente me relaja hacerlo; el auto-conocimiento califica como terapia.

A cada cosa que respondo le pongo fecha porque así luego sé qué pensaba en determinado momento de mi vida. 

Ordenando cuadernos, libretas y blocs (estoy llena de ellos: ¡adicción!), al tomar mi pequeño libro de preguntas y respuestas recordé este post de 2013 en el cual compartí con ustedes un cuestionario con 11 preguntas y que obtuvo más de 100 comentarios. A partir de ello pude conocerlas un poco más y también descubrir lo mucho que tenemos en común. Es notable cómo uno se puede nutrir con las palabras de otros, aunque se trate de personas que no conocemos personalmente y que -en algunos casos- hayan tenido una estadía breve en este blog. Celebro el feedback de las redes sociales junto con la oportunidad que brindan de tender una mano amiga en el entorno de la virtualidad.

Hoy quiero repetir la idea. Luego de haber leído las respuestas del post de 2013, me intriga saber más sobre mis lectores actuales y, claro, que ustedes sepan un poco más de quien suscribe estas palabras ☺

A continuación seleccioné 5 preguntas del librito inglés. Van mis respuestas incluidas y las invito a hacer lo mismo con una, algunas o todas las cuestiones planteadas. 

1) ¿Dónde te gustaría jubilarte y qué 3 cosas esenciales te llevarías?
En Aruba. Tendría playa, arena blanca, Smokey Joe's (es un lugar para comer ribs que estallan de sabrosas) y mucho, pero mucho descanso. 
Me llevaría a Noni (mi oso de peluche de la infancia), libros (tiene que ser en plural porque uno solo no alcanza) y un cuaderno.

2) ¿Cómo fue tu primer beso?, ¿y el más reciente?, ¿y el que vendrá?
--> Mi primer beso fue RARO. Me dio mucha verguenza. Tenía 12 años, estaba en un baile en un colegio con quien era mi novio hacía 5 meses y sonaba un tema de Roxette. Me besó, huí al baño y a los dos días lo dejé.  
--> Mi beso más reciente fue a las 9 de la mañana cuando despedí a Diego que se iba de la oficina. Seguidilla de mini besos y "nos vemos a la noche".
--> Mi próximo beso estimo que será cerca de la medianoche ya que tanto Diego como yo tenemos salida nocturna y vamos a terminar tarde. Desconozco su intensidad.

3) ¿Cuál sería tu PD en una carta de renuncia?
"Hasta la vista, baby!"

4) ¿Cómo te enteraste que no existía Papá Noel?
Me encantan los regalos y las sorpresas pero también disfruto descubrir de qué se trata antes de recibirlos (¡mucho antes!). No recuerdo si tenía 10 u 11 años pero me puse a buscar los regalos que mis papás me harían en Navidad porque aún el arbolito estaba vacío. En el placard de mi Mamá encontré regalos, los conté y me alegré por haberlos descubierto. En Nochebuena, los regalos que me había dejado Papá Noel eran los mismos que estaban en el placard de Mamá. ¿Y el trineo?

5) ¿Cuál era tu sabor favorito de helado cuando eras pequeña?, ¿cuál es tu sabor favorito ahora?, ¿qué sabor te gustaría que se inventara?
--> De pequeña: Crema del Cielo. Descubrir que sólo se trataba de crema americana pintada de celeste fue un golpe mortal a mi niñez :P
--> Actualmente: Menta Granizada. Si es buena o mala me da la pauta de cómo es la heladería (lo mismo me pasa con la Caipirinha y los bares).
--> En el futuro: Malbec. Hace unos años Freddo tenía el exquisito sabor Malbec y Frutos Rojos pero lo dejaron de hacer. 

6) De yapa y de mi autoría: ¿qué suena mientras leen este post?
Por acá se escucha Sade en Aspen.

Espero que les guste la idea de compartir sus respuestas y que nos conozcamos desde otro lugar. Desde ya que este será un post que volveré a leer varias veces a lo largo de mi vida.

¡Buena jornada para todas!

Pequeños mimos = Grandes alegrías

Ofertas que sí valen la pena: 2x1 en bijou en Isadora (y estos dos anillos por $69 en total).

Decir que las vidrieras actuales carecen de colecciones bellas no es ninguna novedad. He recorrido varios locales y me he probado infinidad de cosas y nada me convence; ni por precio ni por calidad. El cartelito de "rebajas" ya no me resulta tentador y cuando algo más o menos capta mi atención, pienso si realmente me hace falta y luego desisto de la compra.

Con este panorama tan negativo (y también tan subjetivo porque quizás a ustedes les pasa todo lo contrario), en este último tiempo decidí invertir en otro tipo de cosas. Prefiero mil veces gastar en un restaurante que en una camisa de polyester que no destaca del resto de las que ya tengo. Así también me pasa con los vinos: mejor degustar una etiqueta nueva antes que comprar un sweater que pierde forma al primer lavado. 

Dentro de este nuevo panorama de inversiones, hacer cambios en mí es más que bienvenido. El sábado pasado estuve en la peluquería porque la idea de dejármelo largo se esfumó ni bien el pelo pasó el límite de los hombros. Me sentía tan contenta con el cambio que también me hice las manos, algo en lo que no gastaba hacía mucho tiempo. Corte de cutículas, elección del esmalte y manos entregadas al expertise de otro. Pasar por la peluquería siempre nos renueva, no creen?


El pelo corto es un camino de ida.

Como el tiempo también es una inversión -sobre todo para las +30 que siempre estamos haciendo algo- pensar en un tratamiento corporal o facial requiere de cierta planificación. Como les decía antes, desviar los gastos de la ropa hacia otros rumbos es algo nuevo para mí y en pos de esta idea, hace meses que en mi rutina figura cita semanal en un centro de estética. Comencé con un plan corporal y en 8 sesiones trabajaron mis piernas y cola con masajes manuales, radiofrecuencia y cremas especiales. En la actualidad el foco se movió hacia mi rostro y les aseguro que estoy feliz con el resultado.

Ficha personalizada y el acento en los problemas a resolver: extrema deshidratación, piel sensible y brote acneico en el mentón.

El lugar en cuestión es el centro de estética Romina Rezzonico, ubicado en la calle Ugarteche, a pocas cuadras de Av. Las Heras. Allí me atiende Ercilia Salgado quien tiene más de 30 años como cosmiatra y trata a cada paciente como la única persona que existe en el mundo. Luego de analizar mi rostro, el veredicto principal fue que me falta hidratación y que en 4 sesiones se puede mejorar notablemente el aspecto de la piel.

¡Peeling en proceso!

La semana pasada me hizo un peeling suave con ácido mandélico y me aplicó dos máscaras: una de colágeno, ácido hialurónico e hidrolizado de elastina, y la otra de yogurt para humectar. Estaba un poco asustada porque entendía que luego de un peeling tu rostro se iba FreddyKrugerizando (?) y te pelabas como si fuera pleno enero bajo el sol. Esto no fue así ya que Ercilia tuvo en cuenta mi tipo de piel y la intensidad del peeling estaba controlada.

Hoy me tocó la segunda sesión. No aguanté mucho la electroporación ya que tengo lastimada la zona de la barbilla y la micro corriente eléctrica me molestaba. Para continuar con la hidratación del rostro, Ercilia preparó una máscara de alginatos con algas espirulinas y fango. Suena raro, no? Sepan que la máscara estaba hecha con lo mismo que usan los dentistas para tomar los moldes de la boca. Primero está en forma de gel y luego se seca pareciendo goma. La humedad que genera penetra en el rostro y por 20 minutos mi piel recibe un shock de hidratación. 

Nunca me había hecho algo así y reconozco que es genial. Ercilia cubrió también ojos y boca así se hidrataban igual que el resto de la cara. 


Terminamos la sesión con ácido hialurónico (¡le amo!) y ceramidas. Lamento haber tenido que maquillarme luego de todo esto porque entiendo que lo ideal es que la piel quede limpia el mayor tiempo posible; pero el día de hoy es largo y no puedo andar a cara lavada.

Todo esto que les acabo de comentar es un mundo desconocido que acabo de empezar a transitar. Nunca le presté demasiada atención a los cuidados del rostro más allá de los que hago en casa (limpieza, exfoliación y cremas varias). Pareciera que no es necesario hacer algo más de lo habitual pero es un error ya que la piel presenta problemas que le escapan al ojo no experto. Me quedan dos sesiones y estoy lista para seguir viendo resultados positivos. 
Pequeños mimos = Grandes alegrías ♥

¿Ustedes conocen de tratamientos faciales?, ¿qué recomiendan aplicar o evitar?

¡Feliz fin de semana!
☺Bufanda, buena música y a disfrutar ♫

"Un episodio más y paro"

Hola, Netflix! ¿Ya te dije lo mucho que te amo?

Va a sonar delirante pero es la pura verdad: ayer pasé 12 horas en continuado viendo series. Al despertar comencé viendo desde el celular y luego pasé a la notebook. Como Diego tuvo que irse de casa antes de las 11 de la mañana, seguí con mi maratón visual conectando la compu a la tele y terminé con la hipnosis televisiva minutos después de la medianoche. Sepan entender: era domingo, el cielo era gris infinito y Diego volvía a casa por la tarde... ¿acaso hay mejor plan? Muchas veces es mi bálsamo luego de una semana intensa. Horas y horas metiéndome de lleno en una historia, sintiéndome parte de tal o cual situación y dejando que la cabeza se relaje de preocupaciones y tareas. ¿Les suena familiar?

El sábado comenté por Instagram (@aninkatokos) que pasé parte de la mañana viendo episodios de Friends, serie que nunca se agota a pesar de haber terminado hace años. Pedí recomendaciones y dos de ustedes me sugirieron que pruebe con Vikings; que el primer episodio era medio moplo pero que luego la serie levantaba. La comencé a ver ese mismo día y entré de cabeza el domingo, día que completé la primera temporada y de paso miré los tres episodios de la segunda.

Lo genial que tiene engancharse tarde con series que hace rato existen, es que hay muchísimos episodios a disponibilidad permitiendo el cine en continuado dentro del hogar. Quizás no resulte muy bueno para aquellos que viven con nosotros porque, puede pasar, no encuentran que sea un MEGA-SUPER-HIPER-ARCHI plan pasarse el día frente a la pantalla; de ser así, mi recomendación es que busquen una serie que sea del agrado de ambos. Así lo hice con Diego a quien logré enganchar con Game of Thrones (pasó del "¡qué ridículas las series fantasiosas!" al "¡Jon Snow tiene que vivir!"), Mad Men y ahora Better Call Saul. Estoy haciendo un trabajo fino para que vea Breaking Bad pero tiene ese "pero" instalado de que no quiere caer en una serie que todos dicen que es excelente. Hombres...

"Mi lista" en Netflix es un elogio a La Historia Sin Fin. No paro de sumar películas, series y documentales pero el problema está en que no puedo ver varias a la vez: si me engancho con una, le doy play hasta el final. Es lo mismo con los libros: envidio a la gente que me cuenta que está leyendo 4 juntos. ¿Cómo hacen?

Como les contaba, ayer tuvo sobredosis de vikingos (!) y lo que más disfruto de la serie es que despierta mi curiosidad. Probablemente sea porque está producida por History Channel y, a partir de ello, se hace énfasis en el contexto hsitórico tanto como en las intrigas, los amores y las pasiones. Varias veces puse "pausa" para buscar un dato en Wikipedia lo cual considero un valor agregado porque algo rescato como conocimiento nuevo.
¡Muchas gracias a @victtorita y @ximechvz por la recomendación!

Vuelvo a apelar a la ayuda de ustedes para organizar un poco "Mi lista" en Netflix, aquel apartado donde vamos sumando qué ver y alguna vez decidimos hacerlo. La divido en dos partes: "series que empecé y no sé si vale la pena seguir" y "las tengo en espera hace meses".

Uno o dos episodios... ¿sigo?
1) Sons of Anarchy: ¿hablamos del actor principal? Uff! ♥
2) Penny Dreadful
3) The Following 
4) Dr. House
5) The Bridge
6) Under the Dome
7) Top of the Lake
8) The Borgias

Que si, que no: series que nunca empecé.
1) Homeland
2) Scream
3) Bloodline
4) Orange is the New Black
5) Dowton Abbey
6) Prison Break
7) Bates Motel
8) Daredevil
9) The Goodwife
10) The Returned
11) The Paradise
12) Velvet
13) El Tiempo entre Costuras
14) Sense 8
15) Revenge
16) Marco Polo
17) Blacklist

Hay muchas más pero esta lista no pretende ser interminable y la idea es que ustedes no se duerman. Sepan que soy algo maniática al elegir qué ver: si las actuaciones me parecen forzadas, descarto rápidamente la serie en cuestión (salvo Mr. Selfridge donde comencé odiando las caras que ponía Jeremy Piven pero adoré la historia y al resto de los personajes).

Me rindo ante sus conocimientos y preferencias y quedo a la espera de las recomendaciones. Si alguna no está en el listado, siéntanse libres de sumarla. Además de Netflix existe el amplio mundo de la web que siempre provee una página nueva para mirar series y películas.

Merecemos 5 feriados más pero por ahora no queda otra más que retomar la rutina. 
¡Buen comienzo de semana!

Un mes para Santiago --> wishlist!



Lluvia y más lluvia. ¿Escucharon los truenos anoche? ¡Pensé que el cielo se quebraba!
El clima de este fin de semana nos jugó en contra y lo sigue haciendo: arrancar el lunes pasados por agua no es el mejor de los planes, ¿no creen?

Lo único -y lo mejor- que tienen las tormentas es que nos obligan a estar bajo techo y a veces ese puede ser el mejor plan posible para dos días de descanso. Sobredosis de té con leche y series; look cómodo compuesto por medias de lana, prendas holgadas y ausencia de maquillaje; la opción del delivery o de aprovechar para cocinar algo rico (este fin de semana el crédito fue de Diego); juegos de mesa, tragos y música. Mi cuerpo se trasladó al exterior sólo un ratito para ir al supermercado y la verdad es que gracias a ello, hoy me siento bastante renovada.

Ayer por la tarde hice una pausa entre series y películas para ver qué cosas comenzaba a sumar en la wishlist de mi próximo viaje a Santiago de Chile. En menos de un mes estaré por allá para pasar unas mini vacaciones y desde ya que salir de compras será parte del plan. No pretendo dedicarle horas infinitas al shopping: me interesa descubrir rincones de la ciudad que aporten algo distinto a quienes vamos de turistas por unos días. Sin embargo, es imposible que evite la tentación de los auto-regalos y por ello comparto acá algunos de mis objetivos puntuales:

La oferta de Basement en Chile es 10 veces mejor que la que llega a Argentina. Y no sólo me refiero a la variedad de las prendas sino a la calidad de las mismas. Los abrigos y las camperas (¿recuerdan que lo hablamos acá?) son mi prioridad por lo que daré un largo paseo por Falabella.

Revisando las tiendas que integran Casa Costanera (mall semi abierto en pleno Vitacura que integra moda, decoración y circuito gourmet) conocí la propuesta de Bestias. Esta marca de zapatos y accesorios se ve lo suficientemente original como para darle un vistazo en persona a sus diseños.
Y hablando de Casa Costanera pretendo recorrer íntegro el local de Zara Home

Si de decoración se trata, la cantidad de productos para el hogar y los quehaceres diarios que tiene Casa&Ideas merece aplauso y reverencia. Además los precios son buenísimos por lo que planeo ir directo a fundas de almohadones, vajilla y todas esas cositas mononas que, por desgracia, acá no se hacen (al menos no a nivel masivo y precios accesibles).

Los esmaltes Essie son fabulosos. Los conocí en Londres, comprándolos de casualidad en Boots (tipo Farmacity) y me arrepentí por no haber traído muchos más. Tanto Ripley como Paris los comercializan.

La última vez que estuve en Santiago, en noviembre del año pasado, H&M fue una gran decepción. Quizás fue por la hora en la que llegué o porque la ropa que el gigante sueco manda a Chile es horrible. De cualquier forma le daré una nueva oportunidad.

Más de H&M en Chile

Encontrar buenos sweaters es una odisea. El exceso de acrílico o el uso de materiales poco favorecedores (la prenda parece un chicle apretado) están a la orden del día. Top Shop de Chile muestra bellos modelos en su cuenta de Instagram, razón por la cual integra mi lista de visitas a realizar.

Por ahora estos son mis elegidos. No quiero llegar con una gran lista de compras: quiero dejarme sorprender y hacer mías solo aquellas cosas que me resulten originales y de buena calidad. 

¿Han estado en Santiago hace poco?, ¿algo para recomendar?

Que la lluvia no les saque energías: seguro hay más de un motivo para sonreírle a esta jornada gris.
¡Feliz lunes! ☺