Claramente que esta vuelta al blog iba a estar teñida con algunos posteos sobre maternidad pero no porque quiero hacerme la "mami blogger" ni enfocar toda mi identidad hacia ello, sino porque hoy es una parte de mi vida bastante intensa en cuanto a lo emocional y a lo fáctico, y no podía no tener su apartado acá.
Ser madre primeriza es una aventura. Desde ya que lo es respecto de todo lo físico y los sentimientos que afloran pero en esta especie de sección lo que quiero resaltar es lo práctico. Porque, si como yo, no han sido muy afectos a toda la info de bebés y niños y tampoco han pasado gran parte de su vida acompañada por pequeños, este período se resume en una inmensa incógnita: todo nos es desconocido.
"Es importante que compres un nidito y también babitas"
"¿De cuántas semanas estás?"
"Tenés que hacerte un scan fetal"
"Es mejor un huevito con Isofix"
Estas y mil frases más he leído y escuchado a lo largo de 7 meses y hoy casi que las entiendo todas pero al principio era un desconocimiento absoluto. La TN, el huevito con Isofix, el scan fetal, las babitas... ¡¿de qué me están hablando?! Fuera de mi obstetra, todas las recomendaciones e indicaciones que recibí siempre fueron más que importantes pero de golpe me apareció un cuaderno mental lleno de cosas por hacer y por responder, cosas que jamás en la vida había escuchado y que me abrumaron.
El obstetra es otra historia. Generalmente, no busco médicos que me mimen o me contengan: quiero que sea un profesional práctico y directo, como un trámite. Mis pedidos fueron ordenes y el ginecólogo que me tocó (y quien me operó en febrero de un pólipo intrauterino) es tal cual lo que buscaba pero al transformarse en mi obstetra, bueno, siguió siendo como antes. Así es como en cada visita me dice todo a mil por hora, da por sentado que entiendo de qué habla y nos despedimos. No pido que me acurruque pero estaría bueno que los médicos empaticen un poco y se pongan en el lugar de aquellos que no cazamos una sobre un tema, no? Ojo, no lo voy a cambiar: me operó y todo salió fantástico y la verdad que a esta altura no tiene sentido andar buscando otro; pero no por ello deja de llamarme la atención de que piensen que venimos con la información sabida desde vaya a saber cuándo.
Recuerdo que hace unos meses atrás tenía que hacerme un análisis de orina y el resultado salió contaminado. "¿No te higienizaste antes de guardar la orina en el recipiente?". ¡Nadie me avisó, flaco! Alguien me podrá decir que es una obviedad pero yo no lo sabía (y ya de por sí es una proeza embocarle al tachito ese).
En fin, con esta pequeña introducción sólo quiero echar luz sobre el pequeño detalle de que muchas madres primerizas no sabemos nada sobre dónde nos estamos metiendo: sólo entendemos que hay vida dentro nuestro y eso nos hace inmensamente felices (y también nos expone a una vulnerabilidad nunca antes vista). Tengo muy claro cómo se hacen los bebés pero, una vez hecho, estoy parada en terreno desconocido.
En próximos posteos planeo entrar en detalle sobre varias cuestiones que a las primerizas nos producen un caos mental: ¿qué coche elegir?, ¿cuál es la mejor cuna?, ¿cómo lo visto ni bien nazca?, los cientos de exámenes médicos que nos piden a cada rato (se agradece, eso sí), ¿qué llevo a la clínica?, ¿es esto una patada o un gas?, ¿qué son estos dolores que siento? y un gran etcétera.
¿Alguien por acá con experiencias similares para compartir?
Vuelvo a repetir, este no es un blog de maternidad así que no se espanten que no me voy a llamar "Desde el Moisés" o algo similar. Pero sí me copa dejar plasmada esta etapa de mi vida en formato virtual y así poder leerme en unos años, ya con más experiencia y madurez. Dicho esto, la próxima semana hablaremos de moda así que las espero ;)