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Estuve haciendo terapia, "terapia alternativa".


Hace unos años mi novio, viéndome un poco triste, me dijo: "¿Por qué no vas a hacer terapia alternativa?". Por supuesto que lo primero que pensé es que me estaba mandando directamente al psicólogo (de hecho lo hizo en otro momento y reconozco que es muy saludable) pero no era así. Lo que el llama "Terapia Alternativa" no es ni más ni menos que salir de compras. El nombre está dado gracias a que es evidente que cuando nos compramos algo, inmediatamente nos vuelve la sonrisa al rostro y por ello -en cierto modo- estamos haciendo una terapia que nos cura un malestar. Y claro que es "alternativa" porque no va de la mano de las técnicas freudianas y lacanianas a las que estamos tan acostumbrados (!). Me imagino a mi psicóloga diciéndome: "Aninka, mirá, lo mejor que podés hacer para resolver esto es salir de compras y arrasar con todos los negocios". Confieso que sería ideal ya que, como shopaholic que soy, que mi psicóloga autorice gastos desmedidos sería la excusa para abarrotar el placard, la habitación y la cocina de ropa.
Pero la realidad es que la terapia tradicional que hago dista mucho de directivas pro consumismo masivo y por eso recurro a métodos heterodoxos como el recomendado por mi novio.
Hoy estuve de sesión y gasté en algo que no me alegra mucho: ropa deportiva. Mis zapatillas clamaban un entierro inmediato y no me quedó otra que cambiarlas. Además no servían para el gimnasio porque eran "casuales" o "street wear" y la suela se gastó rápidamente.
Luego de probarme varios modelos de marcas distintas y dispuesta a gastar ya que, seguramente, las cambiaré en unos 5 años, opté por unas de la nueva colección de Topper que además de lindas son baratas ($270); baratas en relación a otras zapatillas porque con ese dinero me compro varias cosas nada que ver con el deporte.

Mononas, ¿no?
Encontré que estas zapatillas eran las más femeninas de las que me había probado. De todas las que vi, considero que las más feas son las que tienen resortes en la suela: se ven toscas y creo que cualquier mujer pierde gracia con semejante armatoste.
Siguiendo con mi terapia del día de la fecha, ya que estaba en el baile (tal la frase del vendedor de Stock Center) aproveché y me compré unas calzas Lotto negras que estaban de oferta por ser las últimas ($99). Y de paso incluí 3 pares de zoquetes Merrell en negro, gris y blanco ($39). Imagínense: estaba de compras... ¡no podía salir con una sola cosa en la mano!
La verdad es que la ropa deportiva es cara, carísima. No puedo creer haber gastado tanto dinero en cosas que uso 3 veces por semana, una hora. Solamente lo hice porque lo que tenía era viejo con ganas y necesitaba renovar stock. Realmente notaba incomodidad en mis pies con el calzado anterior. Igualmente, hubiera sido copado ir de botas a hacer cinta: sporty chic 100%.
Mañana tengo una nueva sesión de compras. Esta vez la cita es en Niño Bien, un negocio de San Telmo que vende Polo Ralph Lauren, Lacoste y La Martina entre otras marcas. Está de liquidación hasta en un 70% por lo que mi comprador terapéutico favorito y yo nos vamos de paseo a ver qué conseguimos. Total, sabemos que para curarnos hace falta mucha, pero mucha terapia alternativa.

¡Wishlist!

Tengo unas ganas casi irrefrenables de salir de compras. Y digo casi porque las vengo domando hace unos días aunque ellas gritan, saltan y hacen piruetas para que yo les de bola. No es que no pueda, es que a veces no debo; y si me pongo a pensar en detalle, no necesito nada (todo lo que tengo sirve y hay gran variedad de cosas). Pero vieron como es la moda que siempre hay algo nuevo: un color, un estilo, una liquidación, un detalle original. Y además es sabido que en lo que a shopping respecta, el universo de la compradora compulsiva nunca está completo.
Hace unos días entré a la web de Complot para comprar online y me enamoré de un vestido que más encima estaba en liquidación. Pensé: "Mañana me levanto temprano y me voy derechito a buscar mi vestido". Al día siguiente, un dejo de mesura me atacó y me di cuenta que realmente no lo necesitaba. Esa misma tarde, ya en la oficina, volvió el torrente compulsivo: "Salgo 5 minutitos a Av. Santa Fé, compro mi vestido y vuelvo... ¡si! ¡Voy!". Pero al rato nomás, el angel de la guarda anti compras pasó volando por mi cabeza y me hizo pensar que no me hacía falta. Finalmente, desistí... por ahora.
Es raro esto de ser una gastadora pura raza aunque -por suerte- lo mío no es para la terapia grupal. En mis años mozos llegué a comprarme (más de una vez) una misma prenda en tres colores distintos porque me gustaba como me quedaba. Lo peor: no usaba ninguna de las tres.
Ahora que el dinero surge por mi trabajo y más encima vivo sola, aminoré la locura compradora, aprendí a organizarme y voy directamente a lo que necesito, dándome varios gustos de vez en cuando.
Volviendo a estas ganas que me invaden de salir rumbo a los negocios VISA en mano, les dejo imágenes de los objetos que integran mi wishlist o lista de deseos. Vamos a ver cuándo arraso con los comercios y me apropio de lo que, en realidad, ya es mío porque cuando uno quiere algo de cierta forma ya es suyo, en sentimiento al menos (¿Estoy delirando mucho? Me parece que es por el té que me tomé recién que, junto con el radiador que está a 5700 grados, me está mareando).
Los dejo entonces para que chusmeen a qué le eché el ojo últimamente.
♫ ♫ ¡Viernes! ¡Viernes! ¡Viernes! ♫ ♫


Nuevo perfume de Dior: ¡una exquisitez!


Calzas floreadas y camisa de jean de Complot.

Musculosa de rayas verticales de Complot. Divine.
Remerón de la colección de Clara Ibarguren hecha por Julieta Cardinali.
Camisola de Juana de Arco en el último BAF Week.

Precioso vestido de Kosiuko en el BAF.



Levantando el día

Hoy es un día raro. Amaneció entre cubierto y soleado pero la humedad era del 2000%. Salí con tiempo de casa para comprar unas tapitas de luz que necesito y caminé sin suerte por media Av. Triunvirato. Transpiré y me cansé.
Al llegar a la oficina, busco mi taza para hacerme un té y se ve que alguien la había usado y la dejó con café. Me dió asquito.
Para colmo de males, hace unos días el malvado SPM se está dando unas vacaciones en mi anatomía y tengo una revolución hormonal y corporal.
El resultado de todo: día choto.

Sin embargo, nada quita mi alegría y sé que esto es temporal; algo así como levantarse con el pié izquierdo y tener uno de esos días en los que querés llegar a casa, ponerte el piyama y ver tele hasta que se cierren los ojos (todo eso previo paso por el gym).
Por todo esto que acabo de contar, e inspirada por el post de hoy en el blog de Cecilia, decidí no escribir nada más y poner algunas de las tantísimas imágenes que ando "tomando prestadas" en la web. Algunas tienen frases y otras simplemente reflejan cosas que me agradan.
Espero que los dueños de lo que viene a continuación no se enojen: prometo devolver todo luego de usarlo (?).

¡Feliz pre viernes para todos!



Un vistazo de mi placard (II)


¿Alguien sabe quién es Thomas Taw? Me causa gracia la publicidad de Sedal: "Thomas Taw, especialista en reparación del cabello"... ¡¿who knows him?! Instruyéndome un poco mediante Wikipedia, aprendí que este señor también es conocido como Bobsoho (!), el nombre de su salón; que es londinense y que "ha peinado a muchas celebridades" (!!). No sé a ustedes pero a mi me suena a verso.

Lo mismo con Ouidad: ¿qué nombre es ese? ¿Y el apellido? ¿Se lo robaron? Resulta que para los que rellenan la enciclopedia libre, Ouidad es llamada en la industria del peinado la "Reina de los Rulos". Esto además de verso me suena a chiste.

Finalmente, siguiendo con los mega archi conocidos estilistas de Sedal Co-Creations, está Francesca Fusco que es dermatóloga y tiene "mucha experiencia en el campo del pelo". Sin palabras. Como diría Condorito: "Exijo una explicación (¡plop!)".

Toda esta intro es justamente... para nada. Hoy les traigo un nuevo vistazo a mi placard. Me cuesta mucho elegir qué cosas subir porque amo a todas pero mis 4 pares de botas color suela se impusieron en el día de hoy.

Botas Nº1: De las más viejitas. Las compré en Lady Stork hace como 10 años. Me salieron realmente buenas. Son de cuero y el estilo es como de montar, caña media, bien clásica. Este tipo de bota es ideal para usarse con jeans de cualquier color (quedan muy lindas con blanco) y dentro del pantalón porque la caña es ajustada a la pierna.

Botas Nº 2: Las compré en Viento & Marea en 2008. Para tener 2 años están muy gastadas. Lo peor de todo es la tapita del taco: a cada rato tengo que reponerla porque las baldosas se la devoran. Hablando del taco éste es ideal en su forma ya que no es ni alto ni bajo. Son de caña alta, onda "corsario" y el cuero es blando por lo que, si me dan ganas, las puedo arrugar un poco. Generalmente las uso con pollera (formal e informal), con pantalones de vestir y alguna que otra vez las he usado con leggings.


Botas Nº 3 (la de arriba): En 2008 estuve en Chile y me las compré. Es un cuero rígido con una punta divina. El taco es super cómodo y el forro al interior es acolchado por lo que no me puedo quejar. Si hubieran sido hechas este año serían geniales para usar con leggings y jeans chupin pero como son un poco más viejitas, hicieron la caña pegadísima a la pierna por lo que quedan mejor con jeans pero dentro del pantalón. Para mi la combinación ideal es con un corte oxford: destaca la punta de la bota y estiliza la pierna.
Botas Nº 4 (la de abajo): De reciente adquisición (el mes pasado) en un local de mi amado Villa Urquiza. Cero marca pero de cuero. Caña corta y ancha; punta redonda y taco cuadrado medio. ¡Comodísimas! Salen durante el finde con leggings y remerones.
Hoy contaba todos los pares que tengo y son 10. Tendría (¡y voy a tener!) muchos más ya que las botas han mutado a un tipo de calzado que se puede usar durante todo el año y como hay múltiples estilos, las opciones de uso son infinitas.

Los dejo hasta el próximo post que espero sea en breves.

Algunas liquidaciones para aprovechar


No me aguanté hasta mañana y quería terminar el día de hoy con el dato de algunos descuentos que andan dando vueltas por las rutas del consumo.
  • James Smart. Con motivo de sus 122 años, durante todo agosto tienen un 22% de descuento en todos los productos y con todos los medios de pago.
  • Merrell. Para los que andan buscando calzado deportivo/urbano, si se suman a la página de Facebook de la marca obtendrán un cupón de 15% de descuento en todos los productos de la nueva temporada. Esto es válido hoy y mañana y los locales exceptuados son Cariló y Córdoba.
  • Akiabara y Little Akiabara. La colección otoño-invierno está 50% menos. ¡Corran!
  • Lacar. La marca de camperas tiene un 50% de descuento en todos sus productos de invierno. Además, 3 cuotas sin interés. Locales: Abasto, Alto Avellaneda, Av. Santa Fé 2536, Forest 400, Forest 457 y José María Moreno 42.
  • Janet Wise. Todos sus productos están entre $49 y $189. La mega liquidación se ubica en Armenia 1564.

Hay para todos los gustos y bolsillos por lo que espero se compren cosas lindas y terminen este invierno con guardarropas feliz.

Respondiendo un Tag

En mi post anterior tuve un comentario de Doña Penelope Glamour en el que, entre otras cosas, me dijo que me nominaba a un tag en su blog. No sé si entendí correctamente pero creo que tengo que responder a las preguntas que están en el post en el cual ella me nombra. Espero no meter la pata y he aquí mis respuestas, cumpliendo con la invitación de Penelope.

1) ¿Cómo llevas el pelo? Tinte, color, forma, largo...
Lo llevo largo, ondulado, con flequillo indomable durante los días de humedad (ahí aprovecho de usar vincha) y si bien el color es castaño me hice una ilumincación para que se vea más claro. Me gusta usarlo suelto y cuando me lo ato, uso un broche dorado con forma de mariposa que adoro.

2) Nombra una prenda de tu armario que te encante.
¡Imposible! Me gusta casi todo y tengo de todo asi que no puedo responder a esa pregunta.

3) Animal favorito.
Pregunta rara que no pega mucho con el resto. Me gustan los perros.

4) ¿Le das importancia a la alimentación o comes lo que te apetece?
Gracias a Dios puedo comer todo lo que quiera. Cuando noto que la ropa ajusta un poco más, un tiempito de dieta y de nuevo al peso normal.

5) Nombra un personaje histórico que admires.
Esta y la de los animales es medio descuelgue. ¡Te re banco, Penelope!

6) Qué prefieres: ¿un buen maquillaje o un buen modelito?
Tal como dice mi colega blogger, una mezcla de ambos. Puedo estar divina con un look pero si no tengo maquillaje me siento desnuda. Lo mismo si me maquillaron en Dior pero mi ropa es un rejunte de prendas de circo: desastre.

7) ¿Rutina de belleza que no perdonas?
No puedo irme a dormir sin sacarme el maquillaje. Sean las 6 de la mañana, me esté desmayando de sueño o aunque me haya quedado sin crema demaquillante (alguna vez usé crema para el cuerpo), tengo que dejar limpia mi cara.

8) Nombra algo especial de tu ciudad.
La cantidad de árboles en las calles, el contraste en la arquitectura y la variedad de looks que desfila la gente.

Responder estas cosas me divierte mucho asi que le agradezco nuevamente a Penelope por su tag y espero haberlo hecho bien.

Mañana subiré un post sobre otro de mis artículos amados que descansa en mi guardarropas. Lo iba a hacer hoy pero, para variar, se me hizo tarde y salí de casa a cualquier hora. Es un hecho que el lunes me provoca una fiaca eterna.
¡Hasta mañana!

¡Atención varones!


Revisando por vez Nº 734 mi colección de Cosmopolitan, encontré un suplemento "Hombres" de la misma revista que salió en 2007. Entre varias cositas interesantes (por ejemplo, parece que hace sólo 3 años un par de medias de Dufour salían $5... ¡después dicen que no hay inflación!), un artículo me llamó poderosamente la atención: "Hacé que se vea di-vi-no". En estas tres páginas a pura info, Fabián Medina Flores -asesor de imagen archi conocido- explica entre otras cosas, cuál es el outfit perfecto para un caballero.

A continuación, voy a copiar tal cual los tips que da Mr. Medina Flores y me gustaría que, la gran cantidad de varones que sigue este blog (!) comente si está de acuerdo con lo que dice o si lo dicho en 2007 quedó out.

Prendas ideales y cómo usarlas:

CORBATAS
"Jamás pueden ser más caras que el traje. Si él tiene espalda y cuello grandes, la corbata y el nudo deben ser chicos. En cambio, si la espalda y el cuello son pequeños, debe ser ancha. La corbata habla de sus aspiraciones, por eso debe ser sobria. Por último, si le gustan las corbatas con colores llamativos y motivos extravagantes, tiene que invertir en reconocidas marcas porque, de lo contrario, pueden resultar vulgares".

SACOS
"Se usan entallados. Prohibido el saco abierto: es de mal gusto. Sí al traje oscuro, al tizado (¿lo qué?) y al azul. No al traje negro para el día y los tonos claros".

CINTURON Y ZAPATOS
"La combinación perfecta se logra a través del mismo color. El cinturón debe calzar debajo del ombligo. En lo que respecta a los zapatos, un sí rotundo a los de charol. Si no, que sean sobrios y de buena talabartería. Jamás con punta cuadrada, ¡eso es muy años noventa!".

CAMISAS
"Si tu chico (recuerden que es la Cosmo) es delgado puede usar y abusar de los cuadros y las rayas. Los que están fuera de peso sólo deben elegirlas con rayas finas y verticales... o lisas. Para todos, hay una regla fundamental: el color de la camisa tiene que ser más claro que el de la corbata. Y, por favor, desterrar las negras, ¡que son exclusivas de El Padrino! Otro secreto: los celestes y los rosas son óptimos para los de pieles mate y trigueña. Jamás hay que elegir un beige, un verde malva o un wasabi (¿lo del sushi es un color?) si el cutis es muy blanco, porque los colores pasteles apagan".

JEANS
"Los rectos son un clásico. No a las botamangas, al prelavado localizado o a ponérselos debajo de la cadera (¡No, no, no!). Y los mayores de 30, please, que destierren ya esos jeans grandes y rotos".

GEMELOS
"Si se usan antes de las siete de la tarde, tienen que ser muy cool. Si no se tienen de marca, reemplazarlos por esos nuditos de colores o los de botoncitos".

ANTEOJOS
"Jamás en la vida llevarlos en la cabeza como una vincha... Menos si no hay sol".

PERFUME
"Los excesos son de mal gusto, sólo tiene que percibirlo quien está a menos de 50 centímetros".

¿Qué me dicen?

La extraña moda de los bigotes

Algo está pasando en los varones entre los 20 y los 40 años. Parece que de algún lugar (quizás de alguna revista retro que encontraron en la barbería del Nono y que databa de 1932) sacaron la loca idea de que usar bigotes tiene onda. Para mi, nada más lejos de la realidad.

Chusmeando la siempre informada y completa Wikipedia, aprendí que los bigotes históricamente fueron considerados como símbolo de virilidad y hombría pero lo que me llama la atención es que la forma de lookearlos actualmente dista mucho de la imagen de hombre sexy y machote. Parece que hay un problema en los genes de estos varones que el pelo que nace arriba de su labio inferior crece con delay, por lo que se ven manchones en lugar de algo uniforme. Tal es el caso, por ejemplo, de Ivan de Pineda y de Lucho Jacob (modelo ignoto hasta que hizo una campaña con Madonna... me parece que igual sigue siendo unknown).


Volviendo a la info que da Wikipedia, y esto aplicado para los casos de muchachos a los que les crece del todo el pelo del bigote, hay que tener en cuenta "(...) ciertos aspectos como el diametro del rostro, el grosor de los labios, el tamaño de la boca o de las mejillas". Y esto es enteramente cierto porque, por más moda que exista, no a todos les queda bien este look.
Casos de chicos que sí la pegaron son, evidentemente, galanazos que viven con un equipo de estilistas las 24 hs. del día: Jude Law y Brad Pitt.

Pero ¡ojo! Tampoco me enloquecen. Son lindos les pongas lo que les pongas, eso no lo critico. Pero la onda bigote no me convence. Particularmente disfruto ver el rostro varonil recién afeitado y con hipnotizante aroma a after shave. Lo mío es el hombre pulcro y trajeado: soy una chica clásica.

Si la onda moustache llegó para quedarse, prefiero ver algo original y llamativo antes que esas pelusitas de bebé desprolijas que afean a nuestro querido género masculino.

De los pinceles, el placard y las cosas de la vida

El fin de semana largo está llegando a su fin. Luego de la semana mega ajetreada a nivel laboral que tuve, estos 3 días de ocio me vinieron bárbaro. Pero... ¿qué dije? ¿"Ocio"? No, no, me equivoqué. Perdón, quise decir lo siguiente: "(...) estos 3 días de labores albañilerísticas me vinieron bárbaro". Correcto: han leído bien. Quien les habla no sólo se encarga de recorrer probadores, caminar por los shoppings y disfrutar del sonido encantador que hacen muchas bolsas en la mano de una. ¡No señores! Quien les habla se ha convertido en una experta pintora, una "albañila" de ley (¡como me gusta inventar palabras!).

El tema es el siguiente: mi novio y yo hemos decidido largar con la convivencia y atento a que estamos muy próximos a inaugurar esta vida de a dos, tenemos que poner -literalmente- manos a la obra y terminar con el hogar que nos va a encontrar compartiendo desayunos y cenas.
Es por ello que desde el sábado pasado y hasta que todo quede pipi cucú, estaremos pintando paredes cada vez que tengamos un tiempito, y nada mejor para ello que durante los fines de semana.

Con esto de la albañilería de prepo he aprendido algunas cosas de las que no tenía ni idea. Por ejemplo, al pintar hay que tener un trapito húmedo a mano por si le pifiamos a los bordes y manchamos algo. Además, la ropa tiene que ser crota sí o sí aunque confieso que la crotez no pudo del todo conmigo y fui con algo de base en el rostro y perfume... ¡tampoco la pavada!
Otro detalle a tener en cuenta es que hay que lijar las paredes antes de juguetear con el pincel: la superficie tiene que estar lisita. Y obviamente lo más importante de todo es llevar una gran sonrisa, todo el ánimo del mundo y mucha paciencia. Como bien me dijo un taxista hace ya unos años, para lo bueno hay que esperar. Y no se equivocó...

Terminando con estos consejos de manualidades a gran escala, les recomiendo que si les cuesta elegir qué colores poner en cada ambiente, pasen por la página de ALBA que tiene un excelente simulador. Ahi se puede cargar una foto del ambiente que queremos pintar y luego podemos ir eligiendo colores que virtualmente pintan nuestra foto y nos dan la pauta de lo que queremos tener.

Volviendo al tema de la vida en conjunto un gran dilema se nos presentó: ¿qué placard queremos? Sépanlo: esta no es una pareja normal (por un millón de cosas pero me queda chico el blog para contarlas). Ambos somos fanáticos de la ropa. Si yo sumo carteras y botas a mi vida, Diego se hipnotiza con corbatas, trajes y camisas. Teniendo en cuenta esto, el tema del placard compartido se transformó por un tiempo en una incógnita. Finalmente, como no hay lugar para el vestidor ideal, decidimos construir uno que vaya del piso al techo y que tenga el ancho de dos placards juntos. Por lo tanto, problema resuelto: cada uno con su placard y reina la armonía hogareña.

Pensando en esto del orden de la ropa, el espacio para guardar y la cantidad de cosas que las mujeres (¡y también los hombres!) solemos juntar, creí conveniente contar en este artículo las distintas formas que tenemos de organizar nuestro placard. Empecemos.

Los cajones no son del todo útiles. Si nos ponemos a pensar, dos los ocupamos bien (en uno ropa interior y en el otro medias, por ejemplo) pero los otros dos medio que los rellenamos con cualquier cosa. Además, la altura de cuatro cajones juntos nos saca espacio aéreo y a la hora de colgar la ropa, tenemos que elegir prendas que no sean lo suficientemente largas porque si no todo va a aparecer una maraña de lianas.
Es por ello que si podemos elegir menos cajones y ojalá al ras del piso, mucho mejor: tendremos espacio extra para poner ropa colgada.

Ahora bien, yo soy de las que gustan colgar todo (o casi todo). Si bien sé planchar, lo que está colgado se arruga menos que lo doblado y además puedo ver qué es lo que tengo. Muchas veces me ha pasado de estar buscando algo entre mi ropa doblada y encontrar una prenda que me gustaba pero que hacía tiempo había desaparecido de mi atenta mirada.
Comprendo que a veces uno tiene un placard de una forma y no puede modificarlo. Ante esta situación, recomiendo que:
  • La ropa más usada esté colgada.
  • Una percha por prenda, salvo con los pantalones. Si ponemos varias prendas en una misma percha, lo que esté más abajo va a quedar en el recuerdo.
  • En lo posible, para ser armoniosos y sumarse a la causa de las personas con T.O.C., que todas las perchas sean iguales. Las más lindas son las de madera y tanto en Easy como en Sodimac, suele haber ofertas de 8 perchas por menos de $30.
  • Siguiendo con el famoso Trastorno Obsesivo Compulsivo, la ropa colgada debería estar ordenada por colores y, dentro de una gama, del más oscuro al más claro. No quiero que piensen que soy una loca delirante: evidentemente hay días que llego de trabajar y mi ropa es un arcoiris que no respeta ninguna norma ni obsesión. Pero en la medida que podamos, tener todo arreglado en la gama de la anilina Colibrí contribuye a la armonía de nuestro amado muestrario de prendas.
  • Aunque es una tentación, ¡fush a las perchas de la tintoreria! El alambre es finito, no sostiene nada y se dobla si le ponés un pañuelo.
  • La ropa que vaya doblada puede ser: leggings, ropa deportiva, prendas de otra temporada, jeans (doblado en 3 partes es lo mejor), puloveres y piyamas.
Como se ve en esta imagen, así sería la distribución ideal del placard: mucha ropa colgada, unos cajones al ras del suelo y espacio para lo doblado arriba.

Ahora la pregunta es: ¡¿y el calzado?! Ese sí que es un problema porque a veces nuestro ropero no entiende que tenemos botas largas, cortas, zapatillas, ojotas, stilettos y pantuflas. Actualmente, todo lo que es mi calzado bajo está cual torre de Pisa apilado en el lado derecho de mi placard. Lo que es botas, que son muchas, están del otro lado, enfiladas y prolijas.

Hace un tiempo vi en la web que salieron unas cajas de zapatos que tienen un frente transparente asi vos sabés qué hay adentro. No me parecía mala idea hasta que las tuve frente a mis ojos y me parecieron medio débiles. Supongo que debe haber varias marcas y quizás no di con la mejor. Igualmente tampoco me serviría: seguiría teniendo la torre de Pisa pero esta vez derechita y hacia arriba, casi al infinito.
Es por ello que se me ocurre que un baúl puede ser una buena opción. En Falabella venden unos divinos, cuadrados, chatos y en verde inglés que no sólo ayudarían con la decoración sino que, finalmente, mantedrían bajo 4 "paredes" a mi desparramado calzado.
Quizás ya que ando en la onda de las manualidades, pueda comprar uno en pino y pintarlo de un color que haga juego con el resto de los muebles.

Concluyendo con el tema de la distribución en el placard, lo tengan de la forma en que lo tengan lo que siempre debe primar es el orden. No tiene que ser super meticuloso pero sí poder encontrar lo que uno busca y que cuando quiera usarlo, no salga hecho una trenza junto con una manga de camisa, una media y un cinturón.

Si bien en breves voy a tener un nuevo mega placard para poner en práctica todos estos datos y dejarlo digno de una revista, lo que más me alegra es que estos dos obreros enamorados estamos pintando nuestras vidas con los mejores colores, y para eso lo único que necesitamos es litros y litros de amor.


No obstante todo este romanticismo: ¡¡ordenen su placard!!

Bondiolita Glam


Es la 1.30 AM y hasta hacía 5 minutos estaba recolectando información para escribir este post aunque no pensaba hacerlo ahora. La verdad, es bastante tarde para andar escribiendo y el día de hoy fue realmente activo en la oficina sin embargo no me caigo de sueño y antes que ver la pésima pelicula que está pasando TELEFE, prefiero largar con este artículo a ver hasta dónde llego.

Es sabido que además de la ropa, los cosméticos y todas las cosas lindas que adornan la figura de una muchacha, también me gusta salir de recorrida por bares y restaurantes, lugares ideales para probar nuevos looks y chusmear que usan los demás. Como alguna vez les hablé de los bares que me gustaban, en esta oportunidad quiero comentarles algunos restaurantes en los que disfruté la comida, el ambiente y mi look.

Vamos con los detalles entonces:

1) Danton Cuisine
-Restaurante a puertas cerradas-

Febrero de este año. Cena de aniversario. Elección de mi novio (mejor, imposible). Llegamos a Devoto, a una casa en medio de otras casas, todas mononas y bien características del barrio. Había una reserva previa que fue confirmada en el momento en que tocamos el timbre. Nos recibe el mismisimo chef, Fernando, y pasamos al interior de esta casona elegantemente decorada. Los tonos, clásicos: pisos en madera, paredes blancas, mesas y sillas oscuras. La iluminación correcta aunque podría haber sido más ténue atento a que el lugar cuenta sólo con 6 mesas las que, vale destacar, tienen el tamaño exacto para que dos personas coman sin chocar sus platos (pero sí sus copas).

La música era un jazz suave y en el ambiente se respiraba intimidad. El chef nos recomendó los platos con suma paciencia. Por mi parte, elegí una entrada de ostiones que estaba exquisita, al igual que el plato principal: fideos cocinados al aceite con una salsa original. De postre, creme bruleé.

¿Cómo me vestí?
No sabía bien cómo venía la mano. Todo era secreto y el halo de misterio no me dejaba acertarle a un look específico.
Como hacía calor, opté por un vestido corto al cuerpo, en blanco y negro, de Zara. Para darle el toque original, combiné con unas botas altas chatas color beige y cartera MNG al tono con herrajes dorados. La bijou, simple: ya el estampado del vestido cumplía con todo. Unos aros dorados en forma de hoja de Complot.

Resultado
La cena fue riquísima, el look fue el apropiado y el aniversario, inolvidable.

Info del lugar
Pareja y Bahia Blanca-Villa Devoto
45010949
Total de la cuenta: $230 aprox.


2) Croque Madame
-CasaSur Art Hotel-

Si mal no recuerdo estuve por ahí en esta época del año pero en 2009. La cena fue un día de semana, sin reserva y a ver qué onda ya que el hotel era nuevo y mucha info del restaurante no había.
Sobre Av. Callao, una entrada agradable nos dió la bienvenida al hall del hotel y escaleras abajo, ingresamos al restaurante. Pocas mesas, como máximo 10, y sólo un grupo de turistas que de seguro alojaban ahí estaban terminando su cena a viva voz.
El detalle a modificar definitivamente era la música: pseudo electrónica. No daba para el tipo de hotel y no ayudaba al clima entre los que nos disponíamos a cenar allí.
Muchos cuadros grandes y lindos adornaban el espacio, al igual que una gran pared con detalles antiguos en sepia. Buena decoración.
No pedí entrada. El plato principal fueron sorrentinos que a mi gusto les faltaba un poquito de cocción. De postre compartímos un cheesecake.

¿Cómo me vestí?
De antemano sabía que el look tenía que ser un elegante casual asi que me puse una pollera línea A de seda color manteca de Giesso, un sweater al cuerpo, mangas 3/4 y color chocolate de Yagmour. En los pies, botas altas del color del sweater y la cartera casi al tono, nuevamente de MNG. Accesorios: cero, salvo unos aros de arandelas color dorado.

Resultado
Interesante cenar en un hotel. Me hubiese gustado otra música pero el lugar cubrió ese pequeño defecto.

Info del lugar
Av. Callao 1823-Recoleta
45150085
Total de la cuenta: $170 aprox.


3) Cardon
-Cosas Nuestras-

Cenar en Dardo Rocha ya de por sí es un plus. La zona es sumamente linda. Frente al Hipódromo de San Isidro, una hilera de restaurantes se distribuye por varias cuadras. Te dan ganas de entrar a todos (aunque a veces cuesta encontrar dónde dejar el auto).
Justamente no sabíamos bien cuál elegir y al ver la gran entrada de Cardon, decidimos probar qué podía ofrecer un restaurante que con su nombre evoca bombachas de gaucho, camisas celestes y cinturones de cuero.
El lugar es muy grande y alto y al verlo así intuí que la atención no iba a ser de lo mejor pero me equivoqué. A pesar de que habia mucha gente, el mozo que nos ubicó no se "olvidó" de nosotros y fue más que atento durante la noche.
Por supuesto abunda la madera y esa cosita de campo que tan ameno torna a un lugar.
Hay dos opciones para cenar: a la carta o un menú que incluye entrada (empanadas), una mesa de ensaladas para servirse sin restricción y un par de platos principales a elección, además del postre. Todo eso está $75.
Como yo no andaba del todo hambrienta, me dejé tentar sólo por 1/4 de pollo deshuesado con puré mixto. No pedí postre pero robé algo del helado de mi novio.

¿Cómo me vestí?
Era un viernes a la noche y salimos sin plan salvo el de cenar en un lugar nuevo y sin mucha pompa. Por eso me puse unos jeans oxford celestes de Paula Cahen D'Anvers con una polera negra suelta y botas de cuero altas en punta, de un marrón medio bordó y con capellada en crocco de Clona. Cerrando el look, cartera de crocco en suela de Prüne. Todo cómodo.

Resultado
Cena agradable, velita de por medio, ideal para pasar una linda noche de viernes sin tener muchas pretensiones salvo comenzar el fin de semana con una sonrisa.

Info del lugar
Dardo Rocha 2738-Martinez
47170401
Total de la cuenta: $150 aprox.


Ahora si, me voy a dormir. Son las 2.27 AM, la peli sigue (es un bodrio atómico) pero el acolchado me invita a que me relaje un rato.
Espero hayan disfrutado de esta pequeña reseña gastronómica y sepan que además de elegir lugares sofisticados para cenar, también he degustado unos ricos choripanes en la Costanera; de ahí lo de Bondiolita Glam. Eso queda para otro post.

PD: Siguiendo el consejo del Lord de los Alfajores, y atento a que intento llegar a las 2000 visitas diarias (!!!), sólo me resta decir: ¡Viva Gonzalo Heredia! (aunque no me gusta pero sirve para captar la atención de nuevo público lector).

PD2: Zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz!!!

La moda y la publicidad

Hoy puedo decir que es un viernes de locos. Tenía mi día todo programadito: desde las 11 hasta las 22 hs. Es más, ya saber como iba a distribuir mis actividades y además qué me iba a poner (¡lo más importante!) me hizo tener un descanso calmo y relajado, como para arrancar el viernes con el pie derecho. Pero no. Más que con el pie derecho desperté con la humanidad izquierda. A las 13 hs. todo iba sobre rieles hasta que recibo en el celular el llamado de la encargada de mi edificio.

Esta es la situación:
(Aninka terminando su sesión de spa en el centro de estética -yo me mimo-)
-"Hola... " (suspiros de relax y tranquilidad)
-"Hola Aninka? Habla Griselda"
-"¿Qué Griselda?" (por reservar un nuevo turno para masajes y poniéndome los anteojos de sol)
-"Griselda, la encargada de tu edificio" (con tono medio alterado)
-"Ahhhh, Griseldad, ¿cómo andás?... ¡¿para qué me llamás?!" (derrumbe de fichas en mi cerebro, algo había pasado)
-"¡¡Se está inundando tu departamento!! ¡¡Vení!! ¡¡Esto es un caos!!"
-"¿Qué? ¿Cómo? Ehh.... Voy! ¡Voy para allá!"
-"Dale, venite por favor". Cortó.

Inmediatamente se me instalaron unas ojeras tremendas, se me tensaron los labios y los ojos giraban desparramados. Se estaba inundando mi departamento pero... ¿era grave? ¿Había pasado algo más? ¿Estarían los bomberos? ¿Se filtró agua desde mi baño? En fin, se me ocurrían estas cosas y otras más mucho más disparatadas que me reservo para continuar sosteniendo mi supuesta cordura.

Por alguna extraña razón los taxis no me paraban (probablemente mi cara los asustaba) y tuve que caminar unas tres cuadras por Av. Córdoba hasta que alguien se dignó a llevarme. Al subirme, cumbia a todo volúmen y yo mega estresada pretendiendo llegar en 10 minutos a Villa Urquiza desde Barrio Norte. Le digo la dirección y no responde nada. A los 5 minutos me dice: "¿El de adelante no te quiso parar, no? La verdad que... " y lo tuve que interrumpir ya que creía que las Cataratas del Niágara se habían prolongado a mi aromático barrio: "Mire, tengo una emergencia, la verdad no me importa si los taxis no me paran". El hombre quedó duro y continuó manejando.

Av. Córdoba era la procesión a Luján con el triple de fieles que van siempre. A mi taxista, como se ve que tenía ganas de charlar, se le ocurrió la genial idea de ponerse a discutir con una mujer de otro auto: "Che!!! Raquitica!! Manejá bien! Tenés que doblar acá, pedazo de tarada!". Asi se inició una discusión de menos de 5 minutos que yo sentí eternos y entre la cumbia y los insultos me daban ganas de eyectarme del móvil 810 de Premium.
Concluído el trayecto por Av. Córdoba y ya por Av. Alvarez Thomas, en un semáforo veo como una mujer le empieza a pegar a un tipo en la calle, y la gente se mete a separarlos.
Por mis adentros sentía que se avecinaba el peor día de la historia para mi: la mala onda abundaba por doquier.

Finalmente llego a casa. Veo que en la calle hay agua por todos lados. Me encuentro con Griselda que sólo atina a decir: "¡Subi!". El ascensor no funcionaba y cuando agarro la escalera, chorros de agua caían sin parar. Con cada escalón me imaginaba un mueble distinto de mi casa haciendo snorkel por el living.
Mis vecinos estaban secando los pisos y cuando abro la puerta de casa se resuelve la duda: el living con agua y nada más. A mi vecina se le había roto el termotanque y desde las 12 hs. estuvo perdiendo agua a más no poder. Por suerte, el caminito que siguió el agua fue más que inteligente y enfiló directo para la escalera. Como el piso de mi living es de cerámica, con un trapo y un secador resolví todo.
No obstante ello, desde el momento en que me enteré hasta que llegué a la puerta de mi casa, mi cabeza vivió una odisea.

Pensé el post de hoy para distenderme un ratito y que ustedes me acompañen con ello. Apunto más a las chicas porque lo que vamos a ver a continuación son publicidades de perfumes, relojes y algo de ropa con modelos que -al menos a mi- cortan el aliento.
Ojo! No pretendo ser una baba andante: un poco de relax visual que compense el corporal que tuve tempranito, y haga descansar a mi cabeza de tanto pensamiento catastrófico.
¡Buen fin de semana!

Mi preferida: Tommy Hilfiger. Amo esta imagen: romántica y sofisticada.


Scarlett para Calvin Klein. Su rostro muestra dulzura y enamoramiento.
Sr. Polo: Nacho Figueras para Ralph Lauren. Muy masculino.


Catherine Deneuve para Louis Vuitton.


El hombre aventurero es Ewan Mcgregor.



Totalmente hipnótica la mirada de Clive Owen para Lancôme.

Jovencito estrella: Josh Harnett perfumado por Armani.


Jude Law de la mano de Dior.

Mr. Bond y su reloj Omega: macho en smoking.