Va de una y sin filtro: me cansaron las carteras con flecos hasta el piso, borlas de todos los colores, tachas desmesuradas y estampas varias como estrellas y corazones. Creo que ya tuvieron su cuarto de hora y estuvo original en ese momento pero ahora hay que avanzar (o retroceder en el tiempo, si se quiere) y buscar crear modelos de esos que queremos usar y conservar por muchos años más.
No piensen que intento hacerme la clásica de la primera hora: he comprado varias carteras tendencieras porque me gustaron y porque quería estar a la moda; pero me molesta ver que marcas que se caracterizaban por distinguirnos y elevarnos un escalón en la pirámide del estilo, se hayan convertido en productoras de modelos masivos y, en algunos casos, de dudosa calidad en la confección.
Comprar una cartera de marca se trata de invertir ya que los precios arrancan en los $800 y trepan hasta el infinito. En esa inversión es necesario que calidad, diseño y estilo vayan de la mano. Me niego a pagar $1300 por una cartera de flecos y colores tipo patchwork. En cambio no requiero grandes planteos de conciencia cuando me encuentro con algo atemporal y elegante. Porque, estemos de acuerdo en algo: si voy a una marca reconocida busco elegancia, ¿no es así? Si quiero algo del día a día puedo recurrir a mil y un lugares y encontrar cosas divinas. Pero el modelo elegante y delicado es mejor que lleve una marca de renombre como sello de una completa distinción (y en mi caso, mientras más chico el logo, mejor).
Navegando entre las distintas colecciones de temporada encontré de todo pero aún así pude rescatar esa elegancia atemporal a la cual me refería anteriormente. Por desgracia en algunas de estas marcas conviven la cartera que ya fue con la que debería estar siempre pero todas ellas se hicieron eco del Blanco&Negro como tendencia y ahí radica esa elegancia clásica que busco encontrar nuevamente.
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Blaquè |
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Lazaro |
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Peter Kent |
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Prüne |
Este post se me vino a la cabeza porque la semana pasada salí en busca de una cartera negra. Quería una que se alejara de todas las tendencias de la calle y se acercara a esa que me gustaría regalarle a mi hija. Quizás no lo haga pero la idea era dar con un modelo que resista al paso del tiempo y que, en ese devenir de la vida, me siga acompañando sin desentonar.
Luego de quejarme por ver muchas carteras arruinadas con recursos innecesarios, hice contacto visual con una belleza de Prüne a la que no me pude resistir. Aprovechando el descuento de mi tarjeta, fueron 3 cuotas y el comienzo de un romance que promete.
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Su costo es de $1250 y la pueden ver/comprar haciendo click acá. |
Hace unos días por Twitter me preguntaban que había sido de la cruz eterna que le había hecho a
Prüne (
¿recuerdan el post de chascos?) y lo cierto es que le di una segunda oportunidad y hasta el momento no he tenido problemas.
¿Qué opinan de todo esto? Hoy en día, ¿buscan carteras de tendencia o prefieren sumar modelos clásicos?
Y de las tachas + borlas + corazones + cosas colgando (!), ¿qué piensan?
Decidí que mañana me tomo el día porque a la noche recibo a unas amigas en casa y tengo mil cosas que hacer que van desde limpiar (¡qué fiaca!) hasta comprar quesito, bebidas y palta para guacamole. Por todo esto nos volveremos a leer el lunes así que les deseo un feliz fin de semana que esté teñido por la primavera y los buenos momentos.
¡Besos! ♫