Llegó el miércoles y con el, el día en que les abro las puertas de mi vestidor y vemos qué hay de nuevo o que hay en exceso. En esta oportunidad les voy a contar la encantadora experiencia que tuve ayer en Juleriaque (Florida 740), de la mano de Dior. Por la invitación de Nancy, mi consultora de la marca, pasé casi una hora a puro mimo y make up. Si bien al final de todo no me sentí super cómoda -ya les diré por qué-, el momento en sí fue una pausa ideal en la semana y en la rutina laboral.
Con motivo de la presentación de la nueva colección de make up, Gris Mointagne, pude disfrutar de una sesión de cabina con productos de la línea One Essential, en mi caso basados en hidratación y protección. Las manos de Araceli masajearon cuello, rostro y manos y el resultado fue una total relajación antes de ir a la oficina. Para sumarle descanso al asunto, me metí -literalmente- en una camilla con frazadita y almohada y me dejé llevar por los aromas y la calidad de Dior.
El producto que más me recomendó es el que le da nombre a la línea completa: One Essential. Se trata de un suero regenerados celular universal (¡suena a superhéroe!) que elimina toxinas, cuadruplica su acción de regenerador de la propia piel y la protege e ilumina. ¿Cuánto sale esta belleza? $800. No señor, mi presupuesto no da para tanto... al menos no de una sola vez.
Lo otro que se llevó mis suspiros fue el tratamiento para el contorno de ojos que deshincha y cura las ojeras. No recuerdo el nombre pero la particularidad era que tiene un punta de metal que masajea alrededor del ojo e inmediatamente lo deshincha. Comko me gustó tanto decidí llevarlo aunque no sabía el precio...
Luego de todo el tratamiento, pasé al area de make up y ahí varias cosas me gustaron. Una de ellas es un perfeccionador de la piel, traslucido, que se pone antes de la base y unifica el color del rostro. Mágico. También me gustó un gloss que aumenta el tamaño de los labios -tiene mentol y eso les da volúmen-; y finalmente opté por un corrector de ojeras ya que el último que tuve databa del año 2000 y era de Todo Moda. Imagínense el salto cuántico que hago con este.
Al momento de que me hagan la suma de todo lo que elegí, me mostraban los dos regalos que me llevaba por compra: una quinteto de 3 sombras y 2 brillos y una cajita divine con una mini talla de máscara de pestañas Black Out y un mini quinteto de sombras. Yo, chochísima de la vida: mimos y más mimos. Cuando me dicen el precio del pomito descongestivo de ojos, los $500 no sonaron bien y decidí no llevarlos. A partir de ahí, la incomodidad total: me sacaron uno de los regalos por compra. Ok, no gasto más de $1000, me llevo un sólo regalo. Vaya y pase. Después, la maquilladora me insistía que llevara el pomito porque era fantástico y blableta total. "¡¡¡Holaaaaaa!!! Además de maquillarme tengo que vivir durante el mes". Parece que no entendía y le dice a mi consultora: "A ver... sumale todo más el tratamiento para que vea cuánto le da...". ¡Ya sé cuánto me da! ¡No quiero! Ahí me pseudo broté y le dije que entendía la suma y que yo decidía que llevar y que no.
Sí que me sentí mal pero bueno, la cortesía de Nancy y el trabajo de Araceli sobre mi rostro pudo más e igual me fuí con una sonrisa y compritas.
¿Les ha pasado algo así? ¿Acaso las vendedoras no comprenden el sentido del tacto? Ya me pasó lo mismo en Rouge, cuando me llevé el kit de limpieza Givenchy y la señora que me atendió insistía en que me lleve el resto. Comprendo que quieran vender pero NO es NO.
Tengo más compritas pero me las guardo para la próxima semana.
Van besos y nos leemos mañana :)