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De recorrida por bares: Estilo & Tragos


Mi mes se divide en dos etapas. Una de ellas está llena de energía, con ganas de salir, de arreglarme, de comprar cosas lindas, de ir al gimnasio de lunes a lunes y de encarar la mayor cantidad de actividades dentro de lo posible y de lo imposible también.

La otra parte empieza acompañada de una nubecita, medio simpaticona al principio pero gris, y que con el correr de los días va mutando en un apocalipsis personal, con rayos y centellas (!) y lluvia permanente.
Es claro que un archienemigo de mi vida es el malviviente y mordaz SPM, villano de los villanos, más potente que la Liga de la Justicia -con todos los superamigos adentro- y que los Thundercats. Cuando este ser del inframundo aparece, una parte de mi mes queda trunca: aparece la pachorra eterna y las ganas de estar en casa viendo pelis con los pies calentitos.
Este plan no es para nada feo pero sí es bastante simple. Los looks que me acompañan se basan en la comodidad aunque, por más malestar que sienta (salvo uno que me deje en cama), nunca falta el pelo arreglado, el perfume y el maquillaje -suave en este caso-. No es cosa de aprovechar la flojera para adoptar el estilo trapo de piso. Sólo se recurre a algo más despojado.

Pero volviendo a la parte del mes que está repleta de swing y de chispas, esa es una buena etapa para salir de copas. Me siento como una lentejuela lista para la diversión.
En base a esto aprovecho un nuevo post en mi blog para recomendarles 5 bares que me gustan y qué usar en ellos como para estar acorde al ambiente y ser parte del glam del lugar haciendo juego con el brillo propio que llevamos dentro.



Chic por donde se lo mire. Desde afuera no dice nada más que misterio. Sin ningún nombre, sólo una abeja como dibujo en las ventanas de cortinas negras y marcos color bronce. En la entrada nos reciben con calidez y elegancia y nos sugieren que entreguemos los abrigos (nos olvidamos y los llevamos con nosotros). Como no hay lugar nos llevan un piso más abajo, a la barra. Detrás de la mesada de mármol, los barman visten de blanco con total elegancia. Botellas de todo tipo y color adornan el espacio que se combina con paredes empapeladas en tono chocolate, pisos alfombrados, escalera animal print y música disco en versión chill out. Puro glamour.
La carta es sobria y sofisticada. Todos los tragos salen $38 y luego para arriba. La primer hoja tiene los especiales de la casa: probé uno con tequila exquisito y otro de tomate, vodka y una ostra como acompañamiento. Para comer, unos bocaditos con salmón marinado.
Es para gastar pero lo vale. Hay otros bares que cobran similar y no le llegan ni a los talones.
Sin lugar a dudas, la crème de la crème de los bares.

El look indicado: sobria, elegante y femenina.

  • Vestido con encaje y botas, acompañado de una cadena que destaque y un sobre.
  • Jean oxford al cuerpo, una blusa de satén o seda, el escote en primer plano y unos stilettos de color.
  • Pollera arriba de la rodilla (suelta o ajustada), una musculosa de encaje y unas botinetas. El touch: medias de fantasía.

En línea con el bar anterior pero menos crème y quizás un poco más de wannabes.
Tiene la barra más hermosa que he visto. Va desde el piso al techo y está iluminada de una forma que hace que los colores de las botellas le den vida al gran espacio que ocupa este bar. Este espacio está algo despojado lo que le da una sensación de frialdad. En el medio del salón, una cava grande termina de coronar el lugar.
La entrada es inaugurada por un maître que nos da la bienvenida. Las mesas están acompañadas por sillas y sillones (las cercanas a la ventana los tienen) pero recomiendo sentarse en la barra donde los barman y barwoman (a veces 2 y 2) nos saludan al recordarnos y nos tratan con suma gentileza.
Hay buena variedad de tragos, aproximadamente con precios desde los $25 a los $35. No probamos la comida asi que se los debo.
Para terminar, cerca de las 23.30 hs., poca gente, poco ruido y música agradable, generalmente chill out.

El look indicado: original, atractiva y divertida.

  • Vestido al cuerpo en único color, pashmina de colores fuertes y botas altas. Aros grandes.
  • Jean chupin, remera larga con estampa, stilettos y collares varios, en distintas medidas.
  • Short negro, medias de encaje, botinetas y remera mangas 3/4. Colores vivos en el calzado y la cartera.

Gran Bar Danzón

Si no me equivoco es de los mismos dueños de Sucre. Es el after office ideal si seguimos en sintonía con la onda de los bares anteriores.
Con una entrada medio perdida sobre la calle Libertad, subimos una larga escalera en donde todo tiene color tostado, las luces destacan ciertas partes del camino de entrada y un aroma especial nos recibe y nos deja la impronta del lugar. Al ingresar, mucha gente distribuida en los sillones, en la barra y en las mesas del fondo señaladas para cenar. En colores marrones y tostados, de frente tenemos una hermosa barra y a los costados los sillones con grupos y parejas, y un cuadrado de vidrio como espacio para los fumadores. La música es variada: jazz moderno, melodías suaves y, por supuesto, el tan usado chill out.
Este bar es, generalmente, la previa a la cena. Ideal para un día de semana a las 19 hs. Los sábados está repleto cerca de las 22 hs. y menos concurrido a partir de las 00 hs.
Los tragos son ricos y los precios son similares a Sucre. Las tapas se destacan: buen precio y variedad (les recomiendo el salmón ahumado con alcaparras y las ostras -3 o 6, según las ganas-).

El look indicado: puro after office.
  • Pantalón corte sastre con botamanga, camisa simil seda, pañuelo al cuello y saco entallado o trench. En los pies: zapatos con taco. Tonos neutros salvo el pañuelo.
  • Vestido tipo Jackie, camisa de encaje abierta (por si hace mucho frio), abrigo 7/8 y botas con taco y en punta. Cartera baul.
  • Pollera lapiz, chaleco al tono de la pollera, camisa celeste con líneas blancas, stilettos y saco (entallado pero no amatambrado: ya la pollera es ajustada).


Dimos varias vueltas por la calle de la dirección que teníamos porque no se veía bar alguno. Luego de recorrer con la vista afinada, una entrada negra con una puerta del mismo color al fondo nos sugirió que podía tratarse de nuestro bar. Justo al momento de entrar, nos encontramos con un notero de CQC que iba al mismo destino. Le di un poco de charla porque tenía entendido que se entraba con una especie de santo y seña. Eran 4 pero el tuvo la gentileza de decirle al portero que eran 6. Asi entramos.
Pasando la entrada misteriosa, unos cortinados gigantes acompañan los costados del pasillo y por fin adentro, las mesas y la barra se hacen presentes. Grandes arreglos florales decoran el espacio. Las mesas son pequeñas con banquetas altas. Atrás hay sillones y también al costado de la barra, entrando a una especie de living. Optamos por las banquetas.
Música y gente cool. Jóvenes de más de 25, mozos relajados y precios accesibles.
Nuestra moza, super atenta, nos recomienda los tragos que le gustan en base a los que le preguntamos. No se equivoca: muy ricos, especialmente uno en base a pomelo.
Nos pedimos un sandwich que no defraudó. También hay tapas y pizzas.
El look indicado: descontracturado glam.
  • Jean corte recto, remera con tachas y estampa, saco de lana tipo capa y botas. El pelo al viento.
  • Leggins negras, camisa escocesa en rojo, cadena en bronce, botineta con tachas o flecos El detalle: campera corta de cuero.


Lo mejor de este bar es el barman encargado que no sé si es el dueño del lugar pero sin duda es el dueño de la excelente onda que tienen en la barra.
En pleno Cañitas un deck de madera con mesas es la antesala del interior de este espacio con música electrónica (no tipo rave sino de la que queda bien para la ambientación), sillones amplios al fondo, mesas por los costados (no muy cómodas para mi gusto ya que quedan pegadas al pasillo) y una barra que si bien no es superpoblada de botellas destaca por la calidad de quienes la atienden.
Como siempre voy por los gustos raros. Es en este lugar donde conocí mi trago preferido: una mezcla exquisita que lleva pepino. No sé el nombre pero es el único con esta verdura. Lo que sí recuerdo es que probé varios otros y todos me gustaron.
Mientras charlamos en la barra, el barman a cargo pasa cantando y se nota (o al menos lo simula muy bien) que disfruta de la noche, la gente y los movimientos de botellas y copas. Se preocupa por nosotros y eso suma a la hora de decirle: "¡Está buenisimo!".
No comimos nada asi que, nuevamente, quedo en deuda con este dato.

El look indicado: ¡a divertirse!
  • Lo que nos guste, nos quede cómodo y nos haga sentir con todas las luces para una noche de sábado a pura fiesta.

Como las chicas de Sex and the City 2, de acuerdo a lo que tengamos ganas de tomar y en el lugar que querramos hacerlo, tenemos que encontrar un look que nos garantice plena combinación con la noche que esperamos tener (mujeres y hombres incluídos).

4 comentarios:

  1. Efectivamente, Sucre es de los mismos dueños del Danzón. Lo de la barra de Sucre es maravilloso. Es tan alta que el pasillo que te lleva al baño, que está al nivel del primer piso, pasa delante de los estantes con el botellerío que sigue para arriba.

    Pero lo más importante es que —como en el Danzón— tiene una variedad de bebidas blancas como pocas barras porteñas.

    Beso desde el psiquiátrico,

    AB

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  2. Estimado AB: Si hay alguien indicado para hablar de bares con estilo, ese es Usted. Concuerdo en que la barra de Sucre es preciosa por donde se la mire.
    Le comento que en la barra de L'Abeille vimos una botella de Zacapa. Definitivamente ese es un bar que Usted tiene que conocer. Me atrevo a decir que quedará entre sus preferidos.

    Espero verlo pronto para que compartamos anécdotas de nuestros días en el Loquero.
    Cariños!

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  3. El sábado vamos a L'Abeille sn falta, dese por notificada ud. y su víctima... Beso. AB

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  4. Estimado ABovino: Acaba de recibir un sms al respecto. El día que sea, será un honor ir con usted a L'Abeille, un bar que le quedará de su talla.

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