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Pequeños mimos = Grandes alegrías

Ofertas que sí valen la pena: 2x1 en bijou en Isadora (y estos dos anillos por $69 en total).

Decir que las vidrieras actuales carecen de colecciones bellas no es ninguna novedad. He recorrido varios locales y me he probado infinidad de cosas y nada me convence; ni por precio ni por calidad. El cartelito de "rebajas" ya no me resulta tentador y cuando algo más o menos capta mi atención, pienso si realmente me hace falta y luego desisto de la compra.

Con este panorama tan negativo (y también tan subjetivo porque quizás a ustedes les pasa todo lo contrario), en este último tiempo decidí invertir en otro tipo de cosas. Prefiero mil veces gastar en un restaurante que en una camisa de polyester que no destaca del resto de las que ya tengo. Así también me pasa con los vinos: mejor degustar una etiqueta nueva antes que comprar un sweater que pierde forma al primer lavado. 

Dentro de este nuevo panorama de inversiones, hacer cambios en mí es más que bienvenido. El sábado pasado estuve en la peluquería porque la idea de dejármelo largo se esfumó ni bien el pelo pasó el límite de los hombros. Me sentía tan contenta con el cambio que también me hice las manos, algo en lo que no gastaba hacía mucho tiempo. Corte de cutículas, elección del esmalte y manos entregadas al expertise de otro. Pasar por la peluquería siempre nos renueva, no creen?


El pelo corto es un camino de ida.

Como el tiempo también es una inversión -sobre todo para las +30 que siempre estamos haciendo algo- pensar en un tratamiento corporal o facial requiere de cierta planificación. Como les decía antes, desviar los gastos de la ropa hacia otros rumbos es algo nuevo para mí y en pos de esta idea, hace meses que en mi rutina figura cita semanal en un centro de estética. Comencé con un plan corporal y en 8 sesiones trabajaron mis piernas y cola con masajes manuales, radiofrecuencia y cremas especiales. En la actualidad el foco se movió hacia mi rostro y les aseguro que estoy feliz con el resultado.

Ficha personalizada y el acento en los problemas a resolver: extrema deshidratación, piel sensible y brote acneico en el mentón.

El lugar en cuestión es el centro de estética Romina Rezzonico, ubicado en la calle Ugarteche, a pocas cuadras de Av. Las Heras. Allí me atiende Ercilia Salgado quien tiene más de 30 años como cosmiatra y trata a cada paciente como la única persona que existe en el mundo. Luego de analizar mi rostro, el veredicto principal fue que me falta hidratación y que en 4 sesiones se puede mejorar notablemente el aspecto de la piel.

¡Peeling en proceso!

La semana pasada me hizo un peeling suave con ácido mandélico y me aplicó dos máscaras: una de colágeno, ácido hialurónico e hidrolizado de elastina, y la otra de yogurt para humectar. Estaba un poco asustada porque entendía que luego de un peeling tu rostro se iba FreddyKrugerizando (?) y te pelabas como si fuera pleno enero bajo el sol. Esto no fue así ya que Ercilia tuvo en cuenta mi tipo de piel y la intensidad del peeling estaba controlada.

Hoy me tocó la segunda sesión. No aguanté mucho la electroporación ya que tengo lastimada la zona de la barbilla y la micro corriente eléctrica me molestaba. Para continuar con la hidratación del rostro, Ercilia preparó una máscara de alginatos con algas espirulinas y fango. Suena raro, no? Sepan que la máscara estaba hecha con lo mismo que usan los dentistas para tomar los moldes de la boca. Primero está en forma de gel y luego se seca pareciendo goma. La humedad que genera penetra en el rostro y por 20 minutos mi piel recibe un shock de hidratación. 

Nunca me había hecho algo así y reconozco que es genial. Ercilia cubrió también ojos y boca así se hidrataban igual que el resto de la cara. 


Terminamos la sesión con ácido hialurónico (¡le amo!) y ceramidas. Lamento haber tenido que maquillarme luego de todo esto porque entiendo que lo ideal es que la piel quede limpia el mayor tiempo posible; pero el día de hoy es largo y no puedo andar a cara lavada.

Todo esto que les acabo de comentar es un mundo desconocido que acabo de empezar a transitar. Nunca le presté demasiada atención a los cuidados del rostro más allá de los que hago en casa (limpieza, exfoliación y cremas varias). Pareciera que no es necesario hacer algo más de lo habitual pero es un error ya que la piel presenta problemas que le escapan al ojo no experto. Me quedan dos sesiones y estoy lista para seguir viendo resultados positivos. 
Pequeños mimos = Grandes alegrías ♥

¿Ustedes conocen de tratamientos faciales?, ¿qué recomiendan aplicar o evitar?

¡Feliz fin de semana!
☺Bufanda, buena música y a disfrutar ♫

2 comentarios:

  1. Hola Aninka, coincido totalmente con el tema de las compras...aunque pequé con un abrigo y una campera de Portsaid porque estaban al 50%. Con respecto al tema de la estética te cuento que hace cuatro años que me vengo haciendo tratamientos faciales que incluyen peelings con mandélico y glicólico, radiofrecuencia y electroporación. Tengo 42 años y te puedo asegurar que el cambio es notorio, te mejora la calidad de la piel y te da una luminosidad especial. Después empezás a comparar tu piel con la gente de tu misma edad y también notás la diferencia. Es un viaje de ida! Además del disfrute de ese momento de mimo personal en medio de la locura cotidiana, la satisfacción de verse mejor y también lo considero como una inversión a largo plazo. A disfrutar entonces!

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    1. Las rebajas de Portsaid son poderosas así que nada de pecado: ¡oportunidades! ;)
      Concuerdo con vos en que los tratamientos faciales son una inversión a largo plazo. Quizás pensamos que todavía no necesitamos tal o cual cosa pero de repente te mirás al espejo y no reconocés lo deshidratada que está tu piel o lo cansados que se ven los ojos. Estoy feliz con esta nueva etapa así que me meto de lleno en este camino de ida.
      Besos!

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